jueves, 20 de septiembre de 2007

ALGUNOS DOCENTES NO TIENEN REMEDIO

Discúlpenme algunos docentes, quizás la mayoría, pero hay colegas que parecen parroquias abandonadas; esto es, no tienen cura. Pues ni bien el presidente de la república, luego del fatídico terremoto que enlutó el sur del país, salió a anunciar que las clases se suspendían por un día, los profesores de nuestra región cumplieron al pie de la letra; muchas instituciones educativas suspendieron las labores, no obstante, como dice un conocido comentarista deportivo, “aquí no pasó nada”. Así mismo, el mismo día, la primera autoridad del país, anunció que se declaraba tres días de duelo nacional por la irreparable pérdida de vidas que trajo este temible movimiento telúrico; y como quiera que el siguiente día era viernes (sábado chico), algunos centros educativos, incluyendo algunos institutos públicos, so pretexto de aunarse al duelo nacional, no hicieron clases, ignorando, o más bien diríamos, haciéndose lo zuecos o los locos, que el duelo nacional era declarado laborable, y por ende no debieron haber paralizado las horas académicas. Lo más lamentable de todo esto es que hace poquísimos días los docentes han salido de un paro nacional de más de veinte días, y como si no hubiera sido suficiente estos días perdidos, perjudicando a nuestros muchachos, acatan al pie de la letra, según conveniencia el anuncio del presidente. Sin embargo, cuando las autoridades educativas del sector educación anunciaron que se deben recuperar las clases, incluyendo los días sábados, eso no se cumple, ahí se hacen de oídos sordos, no se acoge la disposición emanada por la autoridad competente. ¿Por qué sólo se cumple a pie juntillas lo que conviene?. Estamos escuchando que dentro de poco el magisterio regional irá a otro paro; ignoramos los motivos de fondo, aunque comentan por ahí que se oponen a la recuperación de los días perdidos. ¡Pobre nuestros hijos! No sabemos si reír o preocuparnos cuando aún escuchamos por los distintos medios de comunicación los reclamos y exigencia de contrato que vienen haciendo ciertos profesores que permanecen en unas covachas de mala muerte en el boulevard, frente a la Dirección Regional de este abatido sector. ¿De qué contrato estamos hablando si ya estamos a escasos cuatro meses para que se clausuren las labores académicas del presente año? Tenemos la impresión que algunas profesores no saben sino sólo “enseñar”; pero ¿Acaso el docente no está preparado, como cualquier otro profesional, para buscar otros horizontes que no sea la carrera magisterial?. Conozco a muy buenos maestros que hoy son empresarios de éxito, incluso llegaron a ocupar los puestos más altos en los estamentos públicos, como la de ser presidentes de la república. ¿Por qué no? No vaya a ser que el complejo de inferioridad haya mellado en la autoestima de muchos docentes, haciendo de ellos seres frustrados e incapaces de aspirar otros roles en la sociedad. Existe la sospecha, además, que algunos docentes están demás, o simplemente nunca han tenido vocación por la carrera que escogieron, quién sabe que optaron la carrera magisterial, porque no había otra opción más fácil que la de ser profesor, como solían decir algunos padres de familia con relación a sus hijos: “aunque sea profesores tienen que ser”. No señores y estimados profesores, ustedes tienen una tarea importantísima, que es la de enriquecer en conocimientos y formar en valores a nuestras generaciones que, hoy más que nunca necesita nuestra sociedad, haciendo de ellos ciudadanos útiles. Saludamos desde aquí a aquellos bravos maestros que forjan la mística y construyen al hombre de mañana, que está aquí ya presente. Pero queremos ser firmes y duros críticos con aquellos que no hacen mérito para ganarse el título de “maestros” o magísteres en la labor educativa, poniendo hasta en tela de juicio su reputación con tanto escandalotes de índole, incluso, sexual, que han hecho que, muchas veces, dudemos de la integridad moral de aquellos que consideramos que son los segundos padres de nuestros hijos en el hogar que denominamos escuela. ¡Que Dios nos salve de aquellos! AMEN.

FELIPE SANCHEZ RAMIREZ
Reg. Gremial Nº 8316 ANP
Iquitos agosto de 2007

DEL PAN ZANAHORIA AL PLAN CONEJO

Muchos han sido los comentarios de uno y otro lado con relación al denominado “Plan Zanahoria” Como es de conocimiento público, este plan fue elaborado, aunque algunos dicen plagiado de algún municipio limeño, para combatir la delincuencia y los crímenes que se han incrementado terriblemente en nuestra ciudad; y por otro lado, para evitar los accidentes de tránsito con fatales consecuencias, tal como se han reportado en estos últimos meses; asimismo, establecer horario y control a los centros de expendio y comerciliazación de bebidas alcohólicas e espiritosas y poner coto a la polución de ebrios noctámbulos que deambulan la ciudad en las madrugadas, buscando apagar la resaca y el volcán encendido. Todo está bien, aunque algunos comerciantes se oponen, no tanto al espíritu del plan, sino a la forma como se viene aplicando la ordenanza; han puesto gritos al cielo, haciendo aspavientos, incluso yendo más allá de los límites de la tolerancia. Según ellos, los que no están de acuerdo con la medida de la corporación edil, este plan tiene algunas limitaciones e imperfecciones que debe ser tomada en cuenta por la autoridad competente. ¿Cuáles son estas objeciones? No quisiéramos mencionar los demás argumentos, sólo el más importante, esto es, se argumenta que se debió, antes de nada, sectorizar la ciudad, esto es, seleccionar cuáles son las zonas donde verdaderamente se pude hacer turismo receptivo, donde el foráneo deguste la exquisitez de nuestro arte culinario, admire la belleza y las bondades de nuestra ciudad, de nuestro folclor en sus distintas expresiones, nuestras costumbres y tradiciones, y por qué no, el calor de su gente. Esto se hace en todo el mundo, obviamente donde se explota este recurso denominado industria sin chimenea, es decir, el turismo. La autoridad está, justamente, para promover estas de actividades, apoyar al empresario que apuesta en este tipo de inversión que a la larga o la corta todos se benefician. ¿Por qué por ejemplo, no se declara zona intangible de acceso vehicular al jiron. Próspero y todo el serpentear de la zona del malecón Tarapacá, haciendo de este un verdadero boulevar, donde el turista puede ser atendido las 24 horas al día? Y así se podría ir identificando otros lugares, por su puesto no residenciales, para desarrollar el turismo en la ciudad. Lo mismo pueden hacer las autoridades distritales. Lo que pasa que muchos de estos, no conocen sino sólo hasta la punta de sus narices, y más grave aún todavía, ponen en las Oficinas de Turismo a gente que no ha sido capacitada para estos menesteres. Hay mucha improvisación y eso se traduce en la huachafería, en la proliferación de escandalosos centros nocturnos con nombres sugestivos, que no tienen nada de turísticos, pues más se parecen a mazmorras y antros de perdición donde cobijan a tiros y troyanos, a gente de mal vivir y de dudosa procedencia, haciendo de la ciudad un Sodoma y Gomorra. Es ahí donde la autoridad debe poner mano dura para combatir la delincuencia. Por eso, muchos opinan que hay que sectorizar los lugares de diversión y de atención al turista y no emitir una Ordenanza Municipal indiscriminada.
Pero pensamos que el Plan no debe acabar ahí, debe complementarse, esto es, el burgomaestre y sus eruditos del escritorio, deben realizar un plan paralelo a éste, que bien podría denominarse, “Plan Conejo”. ¿Y por qué no “Plan Majaz”? es cuestión de gustos. Pero dejemos así, Plan Conejo. ¿Saben por que? Estos leporinos, como bien sabemos, viven en covachas, raposas y madrigueras; todo parece indicar que nuestra ciudad está poblada por estos lagomorfos, pues hay huecos por doquier, por todos lados nuestra calles están con zanjas y tremendos hoyos que más parece la ciudad de los conejos. Jamás visto tantos huecos ni siquiera en el reino de los lémores y suricatos que tanto promocionan los canales de cable, Animal Planet y la National Geografic. Y lo peor de todo es que los trabajadores ediles o las empresas encargadas de resanar las calles de la ciudad, o quien quiera que fuera, en vez de hacer un trabajo técnico y de mucha duración, lo que hacen es sólo tapar los huecos de cualquier manera, en forma grosera y simplista. No vaya a ser que se han vuelto expertos en tapar huecos. Sin embargo, debemos decirles que ni siquiera eso saber hacer bien, son torpes, pues, la refacción de sus forados no duran mucho tiempo, colapsan rápido, toda vez que no se emplean el material apropiado, o quién sabe, solamente lo hacen para hacer pasar como si hubieran parchado la cuadra entera. Creo que ahí hay gato encerrado. Para muestra, basta un botón, reza el dicho. Quién no ha visto el resane que vienen haciendo a la avenida de La Marina, que fue una de las mejores obras de ingeniería en el siglo pasado en lo respecta a asfaltado; los obreros van regando el asfalto y ni siquiera concluyen la cuadra, ya empieza a hundirse y resquebrajarse, parecen que han puesto una masa de pan, pero para hacer bizcocho. Y la pregunta de cajón es: ¿Dónde están los supervisores de la municipalidad para dar la conformidad de la obra? ¿O es que necesitamos de otro supervisor para supervisar al supervisor (esto ya parece un trabalenguas). Otro, hay un hueco en la esquina de la calle Távara con Condamine, que es la enésima vez que lo han parchado, pero parece que ponen un mortero tan malo que el conejo que vive ahí rápido le perfora; y peor aún, vaya usted a ver el material que han puesto, da la impresión que han huicapeado, como dicen en nuestra jerga loretana, una masa amorfa que está desmoronándose; y otra vez la pregunta del millón. Así encontramos muchísimos huecos por la ciudad que, por su puesto se constituyen un peligro para todos los humanos que viven en este valle de roedores. Pensamos que este plan, si bien es cierto, no será la panacea de los males que aquejan nuestras calles, pero por lo menos disminuirían los huecos. ¡Vamos! Tienen que aprobar esta ordenanza que todos se los agradeceremos. AMEN


FELIPE SANCHEZ RAMIREZ
Reg. Gremial Nº 8316 ANP
Iquitos agosto de 2007

SUMIRE VERSUS HILDEBRANDT: EL RACISMO EN SU MAXIMA EXPRESION


La Constitución Política del Perú, en el Título I “De la Persona y de la Sociedad”, Capítulo I “Derechos Fundamentales de la Persona”, textualmente en el Artículo 2° señala que “Toda persona tiene derecho a: … Item 2: La igualdad ante la Ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole”. Y en el item 19 añade: “A su Identidad Etnica y Cultural. El Estado reconoce y protege la pluralidad étnica y cultural de la Nación. Todo peruano tiene derecho a usar su propio idioma ante cualquier autoridad mediante un intérprete. Esto lo hemos escuchado hasta el cansancio, sobretodo en el ámbito académico y teórico, pero en la practica, la cosa es muy diferente. Todo hace indicar que en la práxis los peruanos, si bien somos una cultura multiracial conformados por cientos de etnias, empero existe un racismo soterrado y a veces manifiesto, al propio estilo nazista. Nadie puede negar esto, y cada grupo lo hace a su manera dependiendo del lugar donde se encuentre, siendo utilizado muchas veces como una forma de bajar la autoestima a la persona despreciada, humillándola, obviamente por su orígen o simplemente como un insulto a su condición étnica, cultural y hasta económica. Frecuentemente somos testigos que cuando dos personas se encuentran en una trifulca de insultos, sale a relucir su arma más despreciable, el de proferir el clásico epíteto “chola” a la contrincante, estando en la misma condición étnica de la otra persona, esto es ambas son del mismo origen. Claro, parece risible, pero al mismo tiempo nos sirve como indicador del modo cómo nos despreciamos entre nosotros mismos, ponemos por los suelos nuestra identidad cultural, como si fuera un grave pecado mortal el de apellidarnos, Catashunga, Mayanchi, Mashacuri (que ahora es usado como sinónimo de bandido), Cahuachi o llevar un apellido de origen andino, como Quispe, Condori o Mamani. Crasso error, pues muchos de nuestros hermanos que tienen estos originales apellidos, que por su puesto son parte de nuestra identidad, están sufriendo una especie de metamorfosis nomini (cambio en el nombre) para no sentirse marginados o “palteados”, según la jerga de los “pituquillos”. Por ejemplo, tenemos el caso del apellido Ahuanari, que se ha convertido para algunos en “Ahu”, o el de Shapiama que paso a Chapiama (algo afrancesado) o el Ricopa que hoy se escribe y pronuncia como Ricop, el de Canaquiri que paso a “Danaquiri”, y así podemos ir enumerando una cantidad de apellidos propios de nuestra región que han venido cambiándose. Lo mismo sucede cuando un selvático se traslada a la costa, lo miran como bicho raro o es objeto de remedo, cuando habla con esa fonética propia de nuestra tierra, y lo peor de todo, se siente avergonzado. ¡Qué barbaridad! Tanto ha llegado el racismo estúpido a nuestra cultura, que existen padres de familia, o gente del mismo entorno familiar o amical, que se ponen reacios cuando sus hijos o parientes desean contraer nupcias con una persona que lleve un apellido nativo, como si el amor sólo existiera entre aquellos que fungen apellidos patronímicos de la alta alcurnia. Si es Leveau, o si es Cerrutti o si es Niño de Guzman o Ladron de Guevara o si se apellida Cohen, Mufarech, Milanovich, Brown, Henrich, etc., “está permitido, no son cholos y deben casarse, para mejorar sus razas” ¡Qué tal raza!, por decir lo menos, ante semejante absurdo. Pero es así, cómo entre nosotros mismo nos despreciamos, al estilo de las mismas parias de la India.
Pero la cosa se agrava más aún cuando consideramos que quienes son los garantes y los promotores de los derechos humanos que proclama la Carta Magna, entran en este dime y direte con ribetes de racismo, tal como el Perú entero fue testigo la semana pasada de la actitud confrontacional hacia una congresista que es hija de Puno y otra que es hija de… hija de la “noble estirpe”, seguramente porque ostenta un apellido rimbombante de origen judeoalemana despreciando a la de origen andino. Qué triste espectáculo dio esta última, considerada hasta entonces como la congresista más culta, demostrando que no sabe tolerar cuando alguien piensa diferente a ella, llegando incluso al insulto y no contento con ello, como último recurso de defensa, saca a relucir sus pergaminos académicos y sus logros laborales, como demostrando su pseuda superioridad no sólo en el apellido sino también en lo intelectual combinado con lo hepático. Felizmente, la congresista Sumire supo ser más tolerante y más equilibrada, porque si le hubiera salido su punazo, no se qué cosa hubiera pasado. La Constitución Política es clara cuando manifiesta, que “todo peruano tiene derecho a hablar su propio idioma”, que para nosotros, por cierto, no sólo es un patrimonio cultural sino un legado ancestral. Ojo, no estamos en contra de la doctora Hildebrandt, lo que criticamos es su actitud intolerante, atrevida e impenitente, que confunde la franqueza con la falta de respeto. Esto quizás sea el reflejo del racismo disimulado que para muchos permanece sotto voce (en voz baja), como una forma hipócrita de la convivencia multirracial y que con la señora Hildebrandt se dejó sentir abiertamente. A este punto apoyamos la iniciativa de algunos legisladores que están buscando dar una sanción ejemplar a estos tipos de pataletas que no contribuyen en nada a la alicaída imagen de nuestro respetable Congreso de la República. Recuerde, culta señora, que hablar en quechua no es una huachafería, sino una expresión cultural, existencial e histórica de nuestro Perú profundo. AMEN.

FELIPE SANCHEZ RAMIREZ
Reg. Gremial Nº 8316 ANP
Iquitos septiembre de 2007