jueves, 11 de octubre de 2007

¡QUÉ NIVEL! POLITICOS HUACHAFOS Y ALGO MÁS...

“Panem et circens”, quiero decir, butifarra y circo es lo que nos dan nuestros actuales políticos. Así se presenta el panorama del quehacer político peruano, escándalos y escandaletes, muchas veces, plagado de un alto grado de trivialidad, otras veces, de actos reñidos contra la moral. Pero en esencia, lo que se trata es de subir el telón del circo para que empiece la función, hacer el show y la fanfarria, para que, como en los viejos tiempos del esplendor de Roma, la plebe, o como hoy solemos decir la gran masa popular, se distraiga y no sienta, ni se entere de los verdaderos escándalos de aquellos, dizque, gobiernan los destinos de nuestra patria, de nuestra región, provincia y distritos. Bueno, pero no todos se tragan estos sapos, pues a algunos el hastío les hace regorgogitar moviendo todas su entrañas, provocando nauseas y espasmos de tanta rabia e impotencia de no poder hacer nada. Como decía Manuel González Prada, y que hoy más que nunca es actual: “Este es un país que donde pones el dedo sale pus”, como si nuestro país estuviera con la terrible lepra que va devorando no sólo la parte somática de un cuerpo, sino, sobre todo, sus fundamentos morales y sus principios éticos emanando el hedor nauseabundo de la corrupción y la mediocridad. El caso más reciente y que levantó gran polvareda y hasta sentimientos encontrados, es la denuncia presentada por un legislador sobre un supuesto caso de violación y orgía sexual que cometió el ex presidente Toledo y que la agraviada luego manifestó que no fue violación sino intento de violación. Todo lo que se ha dicho y lo que han propalado los actores (por no decir los payasos) de este circo son verdades a medias, y una verdad a medias ya no es verdad sino vulgaridad. Me han repetido, muchas veces hasta el cansancio en las aulas universitarias la clásica y escolástica definición de la verdad como “veritas adaequatio intellectus rei”, esto es, la verdad es la adecuación de la inteligencia a las cosas. Definido así la verdad, no avizoramos ni una pizca de conformidad de nuestros conocimientos a lo que en la realidad se presenta. Todo está distorsionado, nadie habla con certeza, ya no sabemos en quien creer, porque todos salen al escenario a decir sus propias verdades, mejor dicho, sus propias mentiras, y lo hacen con tal naturalidad que parecen probos a prueba de fuego, ¡verdaderos actores del circo! Que quede en claro, esta columna no es una tribuna para sentenciar a nadie, eso no nos compete a los hombres de prensa, ni mucho menos defender al ex presidente; que no sabemos si es culpable o inocente, o victima de una mala jugada de nuestra política chauchilla e inmoral, pero ante tales contradicciones nos invade el escepticismo, como suelen decir los hombres de leyes, arguyendo los principios jurídicos del ius civilis del derecho romano: “dubbio pro reo”, la duda favorece al reo, no porque está exento de culpabilidad, sino porque los elementos de prueba no son contundentes ni evidentes. ¿Será un psicosocial más con que nos tienen acostumbrados nuestros políticos? Vaya usted a saber. Pero de una cosa si estamos seguros, el ex presidente Alejandro Toledo nunca va a ser perdonado por los ricos e influyentes, que son los que finalmente manejan los destinos del país, por el atrevimiento que tuvo un “cholo” de ocupar la primera magistratura del Perú en su condición de presidente de la república, pues sólo los criollos y “blanquitos” de la alta alcurnia están destinados para estos “puestos importantes”; está demostrado que en el Perú no hay una profunda conciencia cívica democrática, pues los votos se compran y se venden, al mejor postor. Por eso tenemos muchos políticos desprestigiados y sin escrúpulos que se venden finalmente, no quizás por un mero plato de lentejas, sino por algo más, por un puñado de dólares. Amén.

FELIPE SANCHEZ RAMIREZ
Reg. Gremial Nº 8316 ANP
Iquitos 10 de octubre de 2007